jueves, 28 de enero de 2010

Jardines dialécticos

El berenjenal en el que se ha metido el líder asturiano del PP al criticar los viajes institucionales

A veces los políticos se meten en jardines, práctica que consiste en decir una cosa inoportuna, embarrarse más al tratar de arreglarlo, pisar callos propios y ajenos, guardar al final silencio por la que han montado y quedar ante el público opinante como la Chata de Pumarín.

Esto le ha ocurrido al líder asturiano del PP, Ovidio Sánchez, cuyos correligionarios y asesores de comunicación deben andar tirándose de los pelos por la espiral de declaraciones en torno al viaje institucional y empresarial asturiano a México, Panamá, República Dominicana y Cuba.

Viene a decir Ovidio Sánchez que es un despilfarro en tiempos de crisis. Le comprendo, mi abuela diría exactamente lo mismo y pondría de chupa dómine a los expertos que aseguran que meterse en la espiral del ahorro paraliza aún más la economía, y que esto es aplicable a familias y a administraciones.

Encima, resulta que tenemos una balanza exterior endémicamente deficitaria -la asturiana, a la cola de las peores- así que el líder popular ha ido a meter el dedo en nuestro talón de Aquiles empresarial: aprender a exportar. Promocionarse y fomentar el contacto comercial es elemental en una economía de mercado, modelo que no es precisamente el PP sospechoso de cuestionar. En tiempos de crisis es crucial.

Creo que Ovidio Sánchez sabe todo esto pero se ha visto impelido a seguir a rajatabla el protocolo sobre jardines dialécticos descrito en el primer párrafo, y se ha pasado otros dos pueblos al preguntarse qué negocios se pueden ir a hacer a Cuba que no sean «otras relaciones tremendamente gratificantes, pero que cada uno se pague las suyas». Vaya, ya salió Cuba, rompeolas preferido.

Debe de referirse a comprar sexo, cosa que también se puede hacer en cualquier otro punto del viaje institucional o a la vuelta de la esquina. Ignoro si es gratificante, a mí me parece destructivo, pero efectivamente sí es un negocio lucrativo ese de las mafias internacionales de esclavitud, mayoritariamente femenina y también infantil. Deseo pensar que el líder regional del PP no legitima esta práctica pero de facto lo hace por la vía de la argumentación derivada.

Le aconsejo una retirada momentánea del foco público. Primero, para hacer un curso de portavoces; sin duda los ha hecho pero urge refrescar conocimientos. Segundo -y con el fin de evitar el acto reflejo de utilizar como atrezzo argumental la compra de sexo como quien habla de ir a coger flores- para conocer proyectos internacionales de acogida a niños y niñas rescatados de los burdeles turísticos. Proyectos que muchos asturianos, de una forma tan gratificante, estamos sufragando. A pesar de la crisis. Porque precisamente para salir de ella hay que seguir.

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