jueves, 8 de abril de 2010

Telerrepúblicos

La TDT trae libertad al espectador y negocio a la industria, pero la crisis frena el cambio.

Bienvenido a la república independiente de mi casa» es el eslogan que la multinacional sueca Ikea escogió para su campaña en España. Acertaron los nórdicos con ese impulso tan latino de hacer de nuestro hogar ese delicioso reducto de libertad de sofá, chocolate y zapatilla.

La tele ha hecho ese mismo recorrido. Una vez fue la misma para todos, pero será cada vez más nuestra república independiente de información y entretenimiento. Un paso esencial ha sido el encendido digital. Es el fin de la televisión generalista y el principio de la famosa segmentación de las audiencias, o sea, cada uno decidirá qué quiere ver, cuándo y de qué manera. Porque a la TDT la acompañan otras televisiones no convencionales, a través de internet o de móvil. Todo está por escribir.

Por lo que respecta a la digital terrestre, hemos superado la prueba: el apagón no nos ha dejado a oscuras, nos vamos haciendo con el mando. Pero ahora llega un reto doble: que el espectador explore la oferta que se le irá abriendo, la personalice y la premie; y que la industria audiovisual crezca con el negocio de crear y ofrecer productos para públicos -repúblicos- tan diversos.

En Asturias el sector es joven, debilitado por la crisis, atomizado y muy dependiente de la RTPA. La televisión autonómica no puede ser la panacea de las productoras, aunque es verdad que se echa en falta en su parrilla un magacín matinal -y también vespertino- emblemático y estable. Así que la solución no es reclamar un segundo canal cuando aún está por consolidar el primero. Es preciso unirse, echar a volar la creatividad y vender fuera lo que ideamos y eventualmente podamos realizar aquí.

En ese sentido, la construcción de complejos audiovisuales en Asturias -platós en la zona central-, la creación de una Film Comission para atraer rodajes a nuestra región o la iniciativa de crear un cluster audiovisual al estilo del que ya existe en otras regiones, son un buen comienzo.

Problema: la crisis ha puesto sacos de arena a un panorama prometedor. Por un lado, ha dejado al sector en chasis, por otro, ha reducido la inversión publicitaria -TVE ha dejado de emitir publicidad y el resto de las cadenas prácticamente no se han enterado-. Encima, no está claro cuál va a ser el futuro modelo publicitario: si la televisión deja de ser generalista, lo mismo le ocurrirá a la publicidad. ¿Será atractiva para los anunciantes y rentable para las televisiones esa nueva publicidad?

Muchas incógnitas, casi tantas como telerrepúblicos. Por lo pronto, los dueños del mando tenemos la oportunidad de hacer aún más nuestra esa caja en la que puede haber mucha y variada vida inteligente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario